La vaca pajuna encuentra en el hábitat de Sierra Nevada un lugar perfecto para su subsistencia. La también denominada popularmente como ‘Rubia’ se cría en libertad en los parajes naturales del invierno granadino, alimentada de forma natural y que permite obtener una carne muy similar a la de caza.
El término de pajuno se refiere principalmente al paje, al que realiza su servidumbre, un ganado de montaña que tradicionalmente se destinaba para los trabajos de labranza de los terrenos, para obtener leche y carne de los terneros. Sobre su procedencia existen varias teorías para discernir su origen, englobada dentro de las razas ‘serranas’, y que llegan a ubicarla en tierras africanas. Destacan además por su pelaje pajizo o marrón así como por su constitución robusta.
Cuentan con el distintivo “Raza 100% autóctona” que certifica la pureza de este tipo de animal. La calidad de sus carnes, como son su costillar, chuletón o entrecots, también viene dada por la alimentación equilibrada, compuesta por paja así como maíz, y por el cuidado y mimo con el que son tratadas por los ganaderos.
Además, requiere de un proceso de maduración para obtener una carne sabrosa y tierna; lo que la convierte en un producto de primera calidad muy codiciado para chefs y cocineros en sus creaciones culinarias.