Si hay un cultivo que tiene raigambre en el Valle de Lecrín son los cítricos. Las naranjas, mandarinas o limones son el símbolo de su historia agrícola, ya que de hecho se estima que fue en el siglo XII cuando se introdujeron en sus campos, por parte de la cultura árabe. Y actualmente constituyen uno de los principales soportes económicos de la zona a nivel agroindustrial, favorecido además por las condiciones climatológicas que les permiten unas opciones óptimas de maduración.
A ello también se suma su ubicación estratégica, que hace que la maduración se retrase con respecto a otras zonas de España y que, por ello, permanezca durante mucho más tiempo en el árbol. Un microclima especial que le da, especialmente a sus naranjas, ese sello de peculiaridad.
Agenda. Durante el mes de marzo se celebra en el Valle de Lecrín la Fiesta de la Naranja, un evento que incluye degustaciones de platos característicos elaborados con estas frutas como pueden ser el clásico remojón, las migas o el zumo de naranja, así como rutas turísticas y diversas actividades.