El hecho de ser un territorio colindante con otras provincias hizo de él un lugar estratégico como “frontera” en el período nazarí, concretamente durante el último siglo de esplendor de Al-Ándalus. La última frontera de Al-Ándalus entre dos territorios culturales y religiosos bien diferentes: el hispano musulmán y el incipiente renacentista, se ha convertido en la seña de identidad de este territorio. Los castillos de Illora, Zagra o Montefrío junto a toda una red de atalayas, de torres vigías y de alquerías constituyen reflejan su historia.

La naturaleza ha sido generosa con el Poniente Granadino. Desde la fértil vega del Genil hasta las cumbres de Sierra Tejeda, el paisaje se define por los marcados contrastes y la variedad de espacios naturales.

Más tarde diversas culturas y civilizaciones que se asentaron en estas tierras como la megalítica, los íberos, romanos o los visigodos, sin olvidarnos de su importante legado andalusí dejaron su huella en el poniente granadino lo que se traduce en sus pueblos blancos de estrechas calles y en su gastronomía.

Destacan algunas localidades que son visitas obligadas si nos adentramos en esta comarca, como puede ser Alhama de Granada, muy famosa por sus aguas termales, así como su barrio de herencia árabe y casco antiguo considerado Bien de Interés Cultural; Loja, que nos invita a conocer su alcazaba y sus antiguas iglesias, o el municipio de Montefrío, que nos ofrece un conjunto histórico-artístico que nos dejará con la boca abierta.

Agenda. En la segunda quincena de febrero, el carnaval de Alhama de Granada es una experiencias que hay que vivir.